I
“He descendido de la función
de hombre a la función de una estera en el piso”
Gunnar Ekelöf
Al
final de todo salto vencerá la gravedad
Con
la noche y el benceno siempre el cuerpo es inflamable
Nos
anexa de algún modo
esta
búsqueda incesante de la mutua destrucción
Aquella
del fondo es mi casa
donde
alguna vez (si llegas) no serás bien recibido
Cualquier
advertencia es metáfora
y
puede también que en el fondo
te
conduzca a confusión
Tan
sólo el poeta es nocivo al óbice racional
porque
cualquier posición no fetal
mostrará
otro dinamismo
Pocas
cosas más duales que las hembras que se encintan
Los
seres superficiales son inmunes al abismo
como
al final el humano recto tendrá también que dudar
Me
riega a menudo la lluvia
aunque
insisto en mi estatura
Como
el hueco anhela jambas
tras
puertas de formas convexas a veces lo cóncavo es
Si
las flores se derogan arraiga el vacío legal
(su
ignorancia no es excusa)
Sorprende
entendiendo de todo
quien
abjura de la mente
II
“Pensamos en el otro como
coloquio, como carne herida, descubrimos al otro
a
través de sus calles sin historias, de sus manos sin ojos…”
Ingrid Bringas
¿Y
por qué siempre tan cuerdos
si
del juego con la vida nunca nadie escapa vivo?
Habrá
que buscar nuevos modos de acceder al más allá
Partir
cuatro veces la voz tendrá dispares respuestas
En
los altos sicomoros
balbucientes
los vocablos
También
el amante entregado tendrá que parar a comer
y
aunque el mundo sea hermoso como vaca que se lame
de
algún modo le complace tu total disposición
Aunque
el polvo no se cuele a través de las ventanas
tampoco
nos llegan noticias
De
ningún árbol del mundo pende fruta inmarcesible
y
aunque todo es abundante algo falla al compartir
La
poesía por la tele
al
final acaba siendo como el resto de inmundicia
que
nos echan por la tele
Lo
que hicieron con tus padres te impulsó
a
la frialdad
La
justa distribución de los frutos necesita de algún modo
tu
total disposición
Después
de lo de tus padres entiendo la frigidez
lo
que no entiendo es que goces
como
vaca que se lame
Y
aunque todo es abundante
de
este juego con la vida nunca nadie escapa vivo
III
Estar
al lado del otro
Como
soy yo para mí / soy el otro para el otro
Si
el pájaro altera el vuelo
(hablamos
del rumbo del vuelo)
¿sigue
siendo el mismo vuelo o el pájaro es distinto?
También
el eco es mi voz
Interactúa
de alguna manera todo aquello que respira
Los
espacios laterales son igual centro de algo
Hasta
el hombre más inmundo
tiene
lapsos de descanso
Después
tu precognición frustró mi golpe maestro
Quien
comiere en estos platos se afane también en lavarlos
Tampoco
la plaga es lo impuro
porque
el suelo que se friega de alguna manera erosiona
el
vocablo turbiedad
No
altera la esencia de ti tu macula de nascencia
Ninguna
actuación posterior volverá a ser la primera
Si
prestas correcta atención
el
metal también solloza
Quien
comiere de estos platos respete el ayuno del ave
Los
espacios laterales tienen lapsos de descanso
porque
tu macula de nascencia puede ser precognición
y
hasta el hombre más inmundo
como
pájaro es distinto
Afanarse
en suelo limpio
sólo
indica terquedad
Pedro López Fernández es licenciado en
derecho, empleado de banca y escritor español. Reside en España, en la ciudad
murciana de Cehegín. Finalista en la XLVI edición del Premio Internacional de
poesía Ciudad de Barbastro (Hnos. Argensola 2014) y algunos de sus poemas han
sido publicados en revistas literarias como Monolito, El Humo y Nagari. Autor
de las novelas El Magistrado Cuernavaca (Ed. Amarante 2014) y Las cenizas de
Manhattan (Ed. Amarante junio 2018) plf1210@hotmail.com