plaza
otoño demasiado frío para otoño
tengo que hacer tiempo y estoy desabrigado
pretendo sentarme un rato al solcito
pero nada me protege del viento
frío
sopla
en ráfagas intensas
poca gente
ayer llovió hay charcos
pero el sol de la mañana ha secado los bancos de la plaza
me siento en uno
parejita de diecinueve llegan al rato
ella se sube a una hamaca
él la mira mientras la acuna desde una de las cadenas
cadenas
cadenas
charlan
yo esta escena ya la vi
la viví
tiene tanto de conocido
conozco la mirada entre ellos
a pesar de no llegar a distinguirla
ahora caminan hacia unos bancos que hay en mi sector y se sientan de
espaldas a mí
se abrazan
ella tiene frío
el cede su cárdigan
yo miro ambas espaldas
ella se recuesta sobre su hombro
él la abraza nuevamente
pasarán momentos de angustia
momentos donde se miren entre ellos y no se reconozcan
se miren ellos mismos al espejo sin reconocerse
intentarán hablar
de sus bocas saldrán sombras y dos idiomas diferentes
y
no
habrá
forma
de
traducir ninguno de los dos
ella se acurruca un poco más
ellos no saben que el tiempo debería detenerse en este instante
ellos no saben que a mí me desespera no encontrar la palabra para
describirlos ahora
que hay tantas huellas en este momento
ellos están interpretando ante mí un recuerdo
son un espejo que atrasa
o
que
retiene
espejo como retina
fragmento de “El Caminador” (2017)
de Ernesto Parysow
Buenos Aires, Argentina