El protocíborg goza de la posibilidad de
encenderse y apagarse cuando guste. La tecnología se nutre de algoritmos
compuestos, capaces de metamorfosearse con nuestra psique, y la fineza de esa
abstracción puede crear literatura. La era digital ha expandido nuestros usos del
lenguaje y los softwares han generado
una fábrica de postproducción conceptual cercana a los primeros ejercicios
cibernéticos, así como a los intrincados y complejos sistemas de animación
textual. Ante esta infinita ley de posibilidades artísticas han surgido, desde
hace ya algunas décadas, ejercicios de poesía visual-digital inspirados por el
concretismo: la protoanimación poética de bpNichol, los brillantes poemas
visuales de Joan Brossa, el MEME de las redes sociales, entre otros. La intensa
reflexión que ha despertado este género en distintos rubros nos hace
recapacitar sobre la fuerza connotativa que surge en el lector-espectador. La
era digital es una era visual, las herramientas hermanas son la maquinaria
póstuma.
En Materia
On / Off, de Romina Cazón, parece que estos elementos son el cruce
definitivo entre la realidad y el postinternet: ambos conceptos, arraigados en
la llanura de las definiciones, aparecen como mapas de nuestras dos realidades
básicas. El lenguaje binario como virus definitivo (en donde William Burroughs
parece extirpar lo más profundo del lenguaje), la apropiación textual como liga
de la escritura nocreativa, o un poema de Ernesto Cardenal codificado en
términos binarios entre la última frontera de lo sagrado y lo industrial. Es
una deformación de la realidad, pero no una realidad desconocida.

Horacio
Warpola