lunes, 23 de marzo de 2015

Materia On off de Romina Cazón


El protocíborg goza de la posibilidad de encenderse y apagarse cuando guste. La tecnología se nutre de algoritmos compuestos, capaces de metamorfosearse con nuestra psique, y la fineza de esa abstracción puede crear literatura. La era digital ha expandido nuestros usos del lenguaje y los softwares han generado una fábrica de postproducción conceptual cercana a los primeros ejercicios cibernéticos, así como a los intrincados y complejos sistemas de animación textual. Ante esta infinita ley de posibilidades artísticas han surgido, desde hace ya algunas décadas, ejercicios de poesía visual-digital inspirados por el concretismo: la protoanimación poética de bpNichol, los brillantes poemas visuales de Joan Brossa, el MEME de las redes sociales, entre otros. La intensa reflexión que ha despertado este género en distintos rubros nos hace recapacitar sobre la fuerza connotativa que surge en el lector-espectador. La era digital es una era visual, las herramientas hermanas son la maquinaria póstuma.

En Materia On / Off, de Romina Cazón, parece que estos elementos son el cruce definitivo entre la realidad y el postinternet: ambos conceptos, arraigados en la llanura de las definiciones, aparecen como mapas de nuestras dos realidades básicas. El lenguaje binario como virus definitivo (en donde William Burroughs parece extirpar lo más profundo del lenguaje), la apropiación textual como liga de la escritura nocreativa, o un poema de Ernesto Cardenal codificado en términos binarios entre la última frontera de lo sagrado y lo industrial. Es una deformación de la realidad, pero no una realidad desconocida.
Douglas Coupland en Microsiervos escribe una carta en código binario de varias páginas. Allí los hombres son sistemas de numerología, son radiaciones de lo especulativo, son, como menciono en un principio, protocíborgs de Silicon Valley, programadores de la belleza. Así, en esta ola de unos y ceros viven textos, mascotas, tiempo y hallazgo, fractales mecánicos que nos rodean todo el tiempo, invisibles, alterados. ¿Dónde estamos ahora? Nos ubicamos en un plano real y también en un plano digital, sin embargo, estamos en el limbo de la tecnología, en donde la carne comienza a unirse con los nanochips y el bluetooth, casi a punto de la unión final y del futuro hollywoodense que tanto nos han mostrado. Materia On / Off en la búsqueda existencial de su autora, en donde Dios y la Máquina se unen como un voraz Transformer, es una lectura humana, es reducir nuestros ojos a la ejecución orgánica del lenguaje. Es el intento desesperado de un protocíborg para asimilar su condición de tecnopoeta.

Horacio Warpola