El protocíborg goza de la posibilidad de
encenderse y apagarse cuando guste. La tecnología se nutre de algoritmos
compuestos, capaces de metamorfosearse con nuestra psique, y la fineza de esa
abstracción puede crear literatura. La era digital ha expandido nuestros usos del
lenguaje y los softwares han generado
una fábrica de postproducción conceptual cercana a los primeros ejercicios
cibernéticos, así como a los intrincados y complejos sistemas de animación
textual. Ante esta infinita ley de posibilidades artísticas han surgido, desde
hace ya algunas décadas, ejercicios de poesía visual-digital inspirados por el
concretismo: la protoanimación poética de bpNichol, los brillantes poemas
visuales de Joan Brossa, el MEME de las redes sociales, entre otros. La intensa
reflexión que ha despertado este género en distintos rubros nos hace
recapacitar sobre la fuerza connotativa que surge en el lector-espectador. La
era digital es una era visual, las herramientas hermanas son la maquinaria
póstuma.
En Materia
On / Off, de Romina Cazón, parece que estos elementos son el cruce
definitivo entre la realidad y el postinternet: ambos conceptos, arraigados en
la llanura de las definiciones, aparecen como mapas de nuestras dos realidades
básicas. El lenguaje binario como virus definitivo (en donde William Burroughs
parece extirpar lo más profundo del lenguaje), la apropiación textual como liga
de la escritura nocreativa, o un poema de Ernesto Cardenal codificado en
términos binarios entre la última frontera de lo sagrado y lo industrial. Es
una deformación de la realidad, pero no una realidad desconocida.
Douglas Coupland en Microsiervos escribe una carta en código binario de varias páginas.
Allí los hombres son sistemas de numerología, son radiaciones de lo
especulativo, son, como menciono en un principio, protocíborgs de Silicon
Valley, programadores de la belleza. Así, en esta ola de unos y ceros viven
textos, mascotas, tiempo y hallazgo, fractales mecánicos que nos rodean todo el
tiempo, invisibles, alterados. ¿Dónde estamos ahora? Nos ubicamos en un plano
real y también en un plano digital, sin embargo, estamos en el limbo de la
tecnología, en donde la carne comienza a unirse con los nanochips y el bluetooth, casi a punto de la unión
final y del futuro hollywoodense que tanto nos han mostrado. Materia On / Off en la búsqueda
existencial de su autora, en donde Dios y la Máquina se unen como un voraz Transformer, es una lectura humana, es
reducir nuestros ojos a la ejecución orgánica del lenguaje. Es el intento
desesperado de un protocíborg para asimilar su condición de tecnopoeta.
Horacio
Warpola