*
Dejé de ir a misa
cuando supe que mi hogar era un templo:
cuando supe que mi hogar era un templo:
no ortodoxo y de larga lengua venenosa.
Aquí seguidamente se dice mucho
al elegir la ropa para ir a trabajar
al elegir la ropa para ir a trabajar
y cuando pagamos las deudas.
Nos quejamos,
pero nada que al más próximo ofenda.
La saliva sale benignamente
La saliva sale benignamente
para dormir las ocho horas necesarias.
*
Aprendí las plegarias
con tos, fiebre y un pañuelo
como quien se cura una herida
con tos, fiebre y un pañuelo
como quien se cura una herida
con su mano rota,
pero nunca me quejé de Cristo
en una mesa o cama.
Hice el amor y bebí reiteradas veces
con la sospecha de que ese hombre
Hice el amor y bebí reiteradas veces
con la sospecha de que ese hombre
ponía su mirada en mis uñas.
Por
eso nunca perdí la fe
sólo me olvidé de sus altares exageradamente lujosos
que en este momento putearía en voz alta,
Pero no!
*
Oh Cristo, sáname mientras puedas
le hubiera dicho si estuviera en mi mesa.
le hubiera dicho si estuviera en mi mesa.
Sana esta necesidad de ir hacia adelante
apoyada en un hilo.
Sana la dirección de mis piernas
que insisten en llevarme a las vías del tren.
*
Esta mañana al sangrar
me acordé que mi sexo
nada tiene que ver con lo que hizo Eva
en esa hora
en ese año.
Mi matriz como la de
Magdalena
podría cargar con muchas criaturas
y nuestros pechos
voluntariamente lo saciarían
Pero quién me quita el deseo de extirparme los ovarios en días
como éstos?
*
Al Cristo que vio
Magdalena
yo lo conocí en una tarde
en el segundo domingo de marzo.
Luego aprendí a verlo en otros lugares.
No soy capaz de apuntar con el dedo
donde está su casa,
pero muy a menudo
jugamos a que yo soy su amiga.
Romina
Cazón, (Argentina,
1982). Autora de varios libros de poesía, entre ellos: Patria Ajena y Con mis uñas
de gata. Es bloguera y artista audiovisual. Pueden visitarla en
rominacazon.blogspot.mx