domingo, 21 de junio de 2015

Poemas de Romina Cazón







*
Dejé de ir a misa
cuando supe que mi hogar era un templo:
no ortodoxo y de larga lengua venenosa.
Aquí seguidamente se dice mucho
al elegir la ropa para ir a trabajar
y cuando pagamos las deudas.
Nos quejamos,
pero nada que al más próximo ofenda.
La saliva sale benignamente
para dormir las ocho horas necesarias.



*
Aprendí las plegarias
con tos, fiebre y un pañuelo
como quien se cura una herida
con su mano rota,
pero nunca me quejé de Cristo
en una mesa o cama.
Hice el amor y bebí reiteradas veces
con la sospecha de  que ese hombre
ponía su mirada en mis uñas.
Por  eso nunca perdí la fe
sólo me olvidé  de sus altares exageradamente lujosos
que en este momento putearía en voz alta,
Pero no!
misericordiosa es mi saliva.




*
Oh Cristo, sáname mientras puedas
le hubiera dicho  si estuviera en  mi mesa.
Sana esta necesidad de ir hacia adelante
apoyada en un hilo.
Sana la dirección de mis piernas
que insisten en llevarme a las vías del tren.

*
Esta mañana al sangrar
me acordé  que mi sexo
nada tiene que ver con lo que hizo Eva
en  esa hora
en ese año.
Mi matriz como la de  Magdalena 
podría cargar con muchas criaturas
y nuestros pechos  voluntariamente lo saciarían
Pero quién me quita el deseo de extirparme los ovarios en días como éstos?


*
Al  Cristo que vio Magdalena
yo lo conocí en una tarde  en el segundo domingo de marzo.
Luego aprendí a verlo en otros lugares.
No soy capaz de apuntar con el dedo
donde está su casa,
pero muy a menudo

jugamos a que yo soy su amiga.


Romina Cazón, (Argentina, 1982). Autora de varios libros de poesía, entre ellos: Patria Ajena y Con mis uñas de gata. Es bloguera y artista audiovisual. Pueden visitarla en rominacazon.blogspot.mx